Cuando, por primera vez, vi la siguiente escena en uno de mis libros de ilustraciones de Jordi Labanda, adopté la frase como una verdad universal:
A menudo, no me apetece escuchar lo que otros reflexionan en voz alta, sobretodo cuando no tiene el más mínimo interés para mí. Otras veces, en cambio, pasaría horas compartiendo ideas, momentos, risas, experiencias... con esas personas que sí tienen algo que aportar.
Bienvenidos a mi blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario