Alemania no es el ejemplo

Para los que os interese la actualidad económica os recomiendo este interesante artículo de La Vanguardia con el que estoy muy de acuerdo; unas medidas de austeridad tan estrictas no van a ayudar a resolver una situación tan dramática como la que estamos viviendo. Parece que Alemania quiera castigarnos por los errores cometidos en el pasado, y no es la solución al problema. Tal vez nuestro gobierno debería también mirar hacia economías como la norteamericana, que ya está experimentando una recuperación asombrosa. Alemania obtiene una financiación con sus bonos públicos cada vez más barata, aprovechando que países como España, Italia y Portugal ven cómo se encarece la suya; eso le beneficia y le ha permitido una recuperación mas rápida -si alguien gana es porque alguien debe perder-. También sería interesante ver qué coste social ha tenido la recuperación en Alemania para sus ciudadanos; tal vez el suyo no sea el ejemplo a seguir.

Aeropuerto

Please fasten your seat belts. My name is David, I'll be your purser. The exits are located in the front and the rear of the craft.

De camino a Barcelona, después de disfrutar de un Brunch postelectoral, mi chico y yo escuchábamos en nuestro Smart a Nancys Rubias. Somos unos incondicionales de ellas y de su filosofía, que no es tan absurda y superficial como algunos creen. Os recomiendo que escuchéis alguno de sus trabajos publicados y seguro que estaréis muy deacuerdo con alguna de sus letras. Una de las canciones, In and Out, reafirma esta afinidad de pensamiento entre las Nancys y yo:

... In: los aeropuertos.

Out: viajar en autobús ...

Los aeropuertos me fascinan, siempre les asocio sensaciones fabulosas cuando estoy en uno de ellos - siempre y cuando no haya una huelga de de controladores, de personal de tierra... Entonces se convierte en pesadilla -. Son el preámbulo de algo fabuloso, es el inicio de ese viaje soñado, planeado, imaginado; el inicio de una aventura. Por este motivo, creo que el momento aeropuerto requiere una especial atención. 

Para mí es un ritual porque unos días antes decido mi estilismo. Creo que es importantísimo que el outfit elegido sea el correcto. Por un lado, debe tener mucho estilo y ser funcional, para que todos te vean muy cool y, por otro lado, que sea muy cómodo, con cierto aire sofisticado y relajado; que todos crean que para ti estar ahí es algo de lo más habitual. No soporto la gente mal vestida en general y en el aeropuerto aún menos; ¡hay mucha gente observando! Mi chico y mis amigos, con los que siempre viajo, tienen la misma opinión que yo: no viajaremos en business, pero nos vestimos como si lo hiciéramos. A esto en inglés se le llama as if (como si).

Una vez ya hemos facturado y atravesamos la puerta de control de acceso empieza la fiesta. Primero, un gintonic para relajar los nervios y, segundo, shopping. ¿Por qué algunas tiendas de la zona comercial son más fabulosas que sus homólogas en la ciudad? Resultan irresistibles y siempre acabas comprando algo. Finalmente, antes de embarcar, nuestra principal afición es observar a la gente y tal y como dice una canción de Fangoria: Criticar por Criticar.

Por cierto, mi must have para el aeropuerto: un fabuloso maxibolso, si puede ser de una marca de lujo fácilmente reconocible, porque es muy cutre pasearse con una bolsa de plástico con el agua, el periódico y el Hola! que has comprado para hacer más cómodo y agradable el viaje.

Thank you for flying with DAF Airlines. We hope you've had a pleasant journey. Please, fly with us again!

¿Quedamos para tomar café en Facebook?

Hoy, la sección La Contra de La Vanguardia, como en muchas ocasiones, ha vuelto a entrevistar a una de esas personas que realmente tienen algo interesante que aportar: Charlene Li, experta en redes sociales, y trata el tema de cómo éstas pueden establecer y reforzar vínculos de afecto. Muchos detractores de las redes sociales opinan que están deshumanizando nuestras relaciones personales; pero es como todo, debe haber un equilibrio, hay que ser capaz de poder socializarse tanto mediante las redes como en nuestro entorno. Las redes deben ser una herramienta y no un fin para mejorar la forma en que nos relacionamos.

Gracias a Facebook, por ejemplo, muchos hemos podido recuperar el contacto con personas que de otra forma hubiera sido difícil; en mi caso, personas que han sido muy importantes en mi vida y que han dejado recuerdos y experiencias únicas. Con suerte, si están cerca, puedo quedar para tomar un café, darles un fuerte abrazo, reírnos juntos, emocionarnos recordando aventuras y, al llegar a casa, conectarme para enviarles un mensaje y decirles lo feliz que me he sentido. Si están lejos, quedaremos para tomar un café mientras hablamos por Facebook o por Skype, y podremos pasar ese momento juntos: eso también es estupendo.

Tecnocracia vs. Democracia

Esta mañana, al chequear mi cuenta de Facebook, he leído un interesante artículo de Víctor Amela para La Vanguardia titulado La inmolación de Zapatero. Trata el caso reciente de Italia que, tras el cese de Berlusconi, ha constituido un gobierno de tecnócratas. Y plantea la cuestión de si, tras nuestras próximas elecciones, el nuevo gobierno (aún elegido de forma democrática) será un gobierno también de técnicos en cierta manera impuesto por Europa.

Los países ya no están aislados, la economía se ha globalizado y los mercados mandan: es una realidad aunque muchos se resistan a aceptarla. Ante los actuales acontecimientos se ha demostrado que, para mantener la calidad de vida de los ciudadanos,  las políticas sociales no son suficientes. Para generar riqueza y, por tanto, bienestar hay que ser competitivo; pero no sólo las empresas: los profesionales, los trabajadores, también se espera lo mismo de los gobernantes.

Ante la falta de políticos cualificados para gestionar los países parece que la solución está en que gobiernen técnicos con una experiencia contrastada: economistas, ingenieros, técnicos... ¿La clase política deberá, pues, adaptarse a las leyes del mercado? ¿La tecnocracia va a sustituir a la democracia? Los próximos acontecimientos en Europa nos darán la respuesta.

El nombre del blog

Cuando, por primera vez, vi la siguiente escena en uno de mis libros de ilustraciones de Jordi Labanda, adopté la frase como una verdad universal:

A menudo, no me apetece escuchar lo que otros reflexionan en voz alta, sobretodo cuando no tiene el más mínimo interés para mí. Otras veces, en cambio, pasaría horas compartiendo ideas, momentos, risas, experiencias... con esas personas que sí tienen algo que aportar.

Bienvenidos a mi blog.